viernes, 3 de septiembre de 2010

Capilla de la Santa Cruz

Descripción: En la cima del Cerro “La Matica se encuentra una capilla edificada por la Sociedad de la Santa Cruz en 1950. Éstos, según Montilla (1999) cambiaron la Cruz llevada por el Fray Froilan de Río Negro en 1915 por la de cemento que actualmente se erige allí y edificaron una nueva capilla en honor a la Cruz. El Presidente de la Santa Cruz fue José Manuel Agüero y el sacerdote era el padre Torres. Es una capilla de bloque, de unos 12 metros de largo por cuatro de ancho. Posee una torre y una Cruz de cemento de unos 5 metros de alto. Anteriormente cuando no estaban las torres la cruz se divisaba a lo lejos, por lo que los yaritagüeños se alegraban al verla al venir de algún viaje.En esta capilla se llevaban a cabo los velorios de la Cruz a partir de 1950. Es de hacer notar que éstos ya se llevaban a cabo a partir de 1915 cuando Fray Froilán de Río Negro sembrara la Cruz en la cima.
En este lugar, anteriormente había existido otra capilla en honor a la Virgen del Carmen, edificada por el General Eloy Polanco, quien también construyera el Calvario en 1880 cuando fue Jefe Civil. En este último se solía bautizar al Niño Jesús el 15 de enero de cada año. Asimismo se quemaba a Judas el Domingo de Resurrección.
En esta capilla es inmolado en la Cruz el actor que hace el papel de Nuestro Señor Jesucristo durante el Vía crucis viviente, entre ellos, Carlos Duran.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Oswaldo Méndez

Oswaldo Méndez nació en Yaritagua, el 29 de julio de 1952. Sus padres el Dr. Pedro Méndez y Emma Meléndez. Se crió con su abuela materna Ana Méndez. Sus estudios primarios los realizó hasta 4º grado en la Escuela Básica Manuel Cedeño y termina el 6to. Grado en Maracay, estado Aragua.
En 1965 comienza sus estudios secundarios en el Colegio Santa Lucía hasta llegar a 3er. Año cuando vuelve a Maracay y allí termina su bachillerato. Ingresa a la Universidad Central de Venezuela hasta culminar su carrera de Sociología. Recibió el título post Mortem.
Realizó diversas actividades, estudió artes escénicas, fue actor de cine, compositor, cantante. Formó parte del Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela al comienza sus estudios de sociología. Cantó al lado de María Teresa Chacín y otros famosos cantantes venezolanos.
El 3 de septiembre de 1976 ocurrió un trágico accidente de aviación en la Isla Las Azores de España, donde perecieron gran parte de los integrantes del Orfeón Universitario y entre ellos se encontraba, Oswaldo Méndez, quien sólo esperaba recibir su título como Sociólogo.

Belky Montilla

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Alcides Sierra

Alcides Román Sierra Niazoa nació en Yaritagua, sus padres Andrés Felipe Sierra y Santiaga Ramona Niazoa, gente humilde, pero honrada, trabajadora y enamorada del canto, de la poesía, por allí viene la vena artística que siempre le ha acompañado y que le ha transmitido a sus hijos, especialmente a José Daniel Romero Méndez, joven cantautor yaritagueño.
Estudió en la escuela Federal Rural 3 409, ubicada en el mismo barrio que le vio nacer en 1942, Camino Nuevo de Yaritagua. La vida no le ha sido fácil, pues desde muy joven, Alcides se inicia en el trabajo productivo para poder ayudar a sus padres, por lo que a los diecisiete años debe partir a la capital, Caracas donde se emplea en una empresa distribuidora de películas y más tarde ingresa al Laboratorio Fílmico “Bolívar Film”.
Allí conoce la mujer de sus sueños y contrae matrimonio con la joven Alcira del Carmen Marquínez Torres, formando un hogar que vino a ser completado por sus hijas Shirley del Carmen, Gleymar Maylin y Yeny Yelitza, que junto a José Daniel y Alcides Sierra son el regalo más hermoso que Dios le haya brindado.
Desde muy joven comienza a tocar el cuatro de su padre, y él conjuntamente con su hermano Alfredo José charrasqueaban sus cuerdas hasta lograr dominarlo y entonar dulces melodías. Su padre, humilde pulpero, atendía a su clientela y en los descansos tomaba su cuatro y cantaba, él observaba y aprendía. En los años sesenta comienza a escribir poesías y surgen algunas canciones de corte popular, tales como: “Caracas la Gloriosa” en honor a la ciudad que le abrió sus puertas y le formó su carácter.
Se distingue por su facilidad para rimar los versos, para entonar una canción o escribirla. Alcides Sierra, poeta, compositor, cantautor, es autor de muchas poesías y canciones, de las cuales han sido grabadas unas cuantas, se ha hecho tan famoso en su pueblo natal que sus canciones son elegidas para ser interpretadas en actos culturales como en festivales escolares. Siempre recuerda cuando una niña de la Escuela Herminia Farías de Totumillo, interpretó en un festival regional una de sus canciones y quedó como finalista, por lo que representó al Estado Yaracuy logrando alcanzar el cuarto lugar en el Festival Nacional, celebrado en la Ciudad de los Caballeros, Mérida, canción dedicada al Cucarachero que en una de sus estrofas dice:

El Cucarachero

Porque me alegra la vida
con su sabroso trinar
Con su alegre gorgojeo
Me da un grato despertar.
Es por eso que lo admiro
Porque me gusta y lo quiero
Y aunque no sea muy bonito
Es  gracioso rochelero
No me importa lo que digan
 del criollo cucarachero.


              Alcides Román Sierra Niazoa nació en Yaritagua, sus padres Andrés Felipe Sierra y Santiaga Ramona Niazoa, gente humilde, pero honrada, trabajadora y enamorada del canto, de la poesía, por allí viene la vena artística que siempre le ha acompañado y que le ha transmitido a sus hijos, especialmente a José Daniel Romero Méndez, joven cantautor yaritagueño.
Estudió en la escuela Federal Rural 3 409, ubicada en el mismo barrio que le vio nacer en 1942, Camino Nuevo de Yaritagua. La vida no le ha sido fácil, pues desde muy joven, Alcides se inicia en el trabajo productivo para poder ayudar a sus padres, por lo que a los diecisiete años debe partir a la capital, Caracas donde se emplea en una empresa distribuidora de películas y más tarde ingresa al Laboratorio Fílmico “Bolívar Film”.
Allí conoce la mujer de sus sueños y contrae matrimonio con la joven Alcira del Carmen Marquínez Torres, formando un hogar que vino a ser completado por sus hijas Shirley del Carmen, Gleymar Maylin y Yeny Yelitza, que junto a José Daniel y Alcides Sierra son el regalo más hermoso que Dios le haya brindado.
Desde muy joven comienza a tocar el cuatro de su padre, y él conjuntamente con su hermano Alfredo José charrasqueaban sus cuerdas hasta lograr dominarlo y entonar dulces melodías. Su padre, humilde pulpero, atendía a su clientela y en los descansos tomaba su cuatro y cantaba, él observaba y aprendía. En los años sesenta comienza a escribir poesías y surgen algunas canciones de corte popular, tales como: “Caracas la Gloriosa” en honor a la ciudad que le abrió sus puertas y le formó su carácter.
Se distingue por su facilidad para rimar los versos, para entonar una canción o escribirla. Alcides Sierra, poeta, compositor, cantautor, es autor de muchas poesías y canciones, de las cuales han sido grabadas unas cuantas, se ha hecho tan famoso en su pueblo natal que sus canciones son elegidas para ser interpretadas en actos culturales como en festivales escolares. Siempre recuerda cuando una niña de la Escuela Herminia Farías de Totumillo, interpretó en un festival regional una de sus canciones y quedó como finalista, por lo que representó al Estado Yaracuy logrando alcanzar el cuarto lugar en el Festival Nacional, celebrado en la Ciudad de los Caballeros, Mérida, canción dedicada al Cucarachero que en una de sus estrofas dice:

El Cucarachero

Porque me alegra la vida
con su sabroso trinar
Con su alegre gorgojeo
Me da un grato despertar.
Es por eso que lo admiro
Porque me gusta y lo quiero
Y aunque no sea muy bonito
Es  gracioso rochelero
No me importa lo que digan
 del criollo cucarachero.

Belky Montilla

La Florida

La Florida
La Florida es un sector, ubicado en la parte Norte de Yaritagua, vía Cañaveral que recibió ese nombre, a partir de que en ese mismo lugar estaba ubicada la hacienda La Florida, cuyos terrenos formaban parte, para el año de 1750 de la hacienda San José, la cual comenzaba desde calle La Rondonera, hoy calle 18 hasta Calle Nueva, llegando al caserío Cañaveral.
En 1890 un grupo de familias integrada por agricultores tomaron un lote de sus tierras para conucos donde sembraban maíz, caraotas y otros rubros contando con el permiso de las autoridades municipales de ese entonces, pero, en 1912 fueron desalojados por el gobierno municipal con el fin de vender la hacienda San José por lote, ya para ese entonces se había levantado una barriada con el nombre de San José, conformada por los mismos conuqueros, entre ellos, Segundo Martínez, Andrés Avelino Pérez, Narciso Soto, Amelia Mujica, Alfredo Torrealba y otros.
Es por ello, que en 1936 Nicanor Rodríguez comienza a comprar los derechos de los conuqueros, a través de un convenimiento de ir mitad a mitad de la producción y el resto de los terrenos desde la calle 29 hasta Cañaveral fundó la hacienda La Florida, allí sembró aguacates, mamones, mangos de diferentes especies, guanábana y otros rubros y ostenta el derecho de propiedad por las Bienechurias que allí levantó.
Posteriormente, en 1990 se formó una asociación civil, llamada Asovivienda San José, respaldada por todas las otras asociaciones de esa índole, existentes en ese entonces en la parte Norte del municipio Peña: la “106” encabezada por Argenis Soto, “la Cruz Verde” por Lorenzo Paradas, “la Realidad” por José Alvarado, “El Salto-Arenales” por Felicia Morillo, y “La Florida” por Alberto Duran, quienes unidos comienzan la lucha por el rescate de las tierras durante la gestión de Eduardo Lapi, en 1992 contando con el apoyo de las otras asociaciones de vecinos de la municipalidad.
Durante el mandato del alcalde Ángel Alberto Rivero “Morito”, la lucha continuó y los concejales de ese entonces Exio Colmenárez, Alberto Fernández, José Ignacio George, Carlos Pérez Acosta, Jesús Pérez, Diego Lozada, Juvenal Prieto y Jorge Contreras, estando como secretario de Cámara William Chuello que conformaban la Cámara y éstos ante la necesidad del pueblo de tener casas dignas, a solicitud del concejal Alberto Fernández solicitó el pronunciamiento de este órgano municipal ya que estas familias tenían muchos años en estas luchas, es por ello, que el alcalde le solicita a la síndico Herquis Alvarado nombrar una comisión para comenzar las negociaciones con el supuesto  propietario Nicanor Rodríguez Lobo, hijo del anterior dueño, quien se opone al rescate de las tierras por considerarlas patrimonio familiar.
En virtud a esta situación y aunado a los documentos legales, presentados por el luchador social Ar4genis Soto, la Cámara procede a la expropiación y rescate de los terrenos para ser entregados a la Asociación Asovivienda para la construcción del proyecto habitacional, elaborado por INAVI, presidido por Imar Domínguez, presentado a la comunidad en la cancha Jorge Luís Silva, no obstante, Rodríguez amenaza a los vecinos e impide el levantamiento topográfico de allí que la Síndico Alvarado se dirige al Tribunal del Municipio y el juez Ángel Gutiérrez, previa inspección judicial ordena romper los candados y realizó un avalúo de las maquinarias allí presentes.
Viendo la actuación en su contra Rodríguez optó por demandar al municipio en la Corte Suprema de Justicia donde sus abogados Abraham Muci y otros, apelaron la decisión municipal y con esta acción comienza el litigio por las tierras de Yaritagua.
En el año 1997, la Asociación contrató al abogado Luís María  Ramos y en 1998, la Corte Suprema de Justicia aprueba a favor del municipio y señala que las tierras son Ejidos Municipales.
Por ello, la Asociación, en la gestión del alcalde Filippo Lapi, en el año 2001 informa al municipio de los resultados de la Corte Suprema de Justicia por lo que se asigna al abogado asesor del municipio José Carlos Rodríguez para que se informe ante este organismo los resultados del caso y éste trajo como respuesta de que allí no existía ningún veredicto a favor.
En vista de este hecho, la comunidad notificó los resultados por prensa, no obstante, no se obtuvieron resultados favorables.
Es de hacer notar que en el año 2004, un grupo de familias invadieron los terrenos que por años había luchado la Asovivienda por lo que ésta se dirigió nuevamente ante la Cámara Municipal y le entregó el veredicto de la Corte Suprema de Justicia y Argenis Soto y Alberto Durán exhortan al alcalde Lapi a promover reuniones entre ambas partes, en ellas acordaron unirse y se formó un nuevo órgano vecinal que se denominó Asociación Civil La Victoria, representada por Argenis Soto como presidente.
Es entonces que la Cámara Municipal, conformada por Enrique Alvarado, Agripina Chirinos, Adelis Përez, Teodoro Parra, Domingo García, Giovanny Parra y el presidente Antonio Valente y aprueban en tres discusiones de Ley donar los terrenos a la Asociación para edificar su proyecto.
La organización continúa  y se estudian varias propuestas, Se reúnen nuevamente ante la Cámara Municipal y la Asociación ofreció compartir las 110 hectáreas distribuidas así: 20 para la OCV San José y OCV La Florida, presidida por Argenis Soto y Alberto Duran y el resto parea las otras asociaciones.
La OCV San José y LA Florida comienza a edificar sus viviendas con sus calles el 27 de enero de 2007, a pesar de ello, fueron nuevamente invadidos por un grupo de personas dirigidas por Norton Colmenárez y Betzaida Silva, es por ello, que la Asociación se dirige nuevamente ante la Cámara Municipal para pedir su pronunciamiento al respecto, es entonces que esta instancia municipal recomienda dirigirse ante la Fiscalía, la cual les remitió al Tribunal Agrícola con sede en Chivacoa y éste a su vez les remitió el caso a la Corte Suprema de Justicia donde aún reposa para el año 2010 y se está en espera del veredicto.
  
Informante. Argenis Soto

Sabanita

Sabanita
           
Es un populoso sector Yaritagüeño, ubicado al este del municipio Peña que anteriormente fuera conocido como La Sabanita del Olvido, lugar boscoso que luego, en décadas reciente comenzara a ser utilizado como potrero y tierras de cultivo (conucos) con algunas casas humildes de bahareque, dispersas y que fueron edificadas en lo que hoy se conoce como la caseta telefónica y la línea férrea.
En la época del gobernador Freddy Iriarte (AD) se construyeron las primeras casas de la urbanización que luego se denominara como Sabanita, quedando inmersa dentro de la Sabanita Vieja (construcciones particulares), sus calles eran de tierra y no estaban empotradas, ya para ese entonces existía la Manga de Coleo “Pastor Sanchez”.
En este sector funcionaba un Comité de base, dirigido por Alejandro Parra, Honorio Parra, María Rodríguez Suárez, Altagracia Durán, quienes habitaban las casas viejas, las cuales poseían grandes solares donde se criaban animales y se sembraba maíz, caraota, tomates, pimentón, cambures y otros rubros en pequeña escala, para ese entonces no existía escuela y los niños iban a las escuelas de La Bandera y Villanueva. Gracias a las diligencias de estos líderes, pertenecientes al Comité de Base de Acción Democrática y luchadores sociales se negociaron unas tierras, utilizadas por el señor Dionicio Durán, a quien le construyeron una casa como compensación. Por ese entonces, se edificaron 33 casas, compuestas por una sala comedor, dos habitaciones y  un baño, más un porche delantero, hechas de bloque, techo de madera y tejas dobles. Dichas viviendas fueron asignadas y el primero en mudarse fue Pablo Loyo y su familia, sin ningún servicio básico, luego llegaron Vilma, Benedetto, Metodio El Telegrafista, Luís García, Siria Torrelllas, entre otros.
Las familias se organizaron en Asociación de Vecinos, siendo su presidente Pablo Loyo, vicepresidenta Altagracia Durán, Tesorera Sonia Suárez, y el Comisario era Marcos Araujo. La primera actividad realizada fue la distribución de la leche Popular, para ello se hacía la lista de los interesados, se pagaba el camión que la trasladaba y luego se distribuía entre los vecinos. Después surge la necesidad de construir nuevas viviendas y surgen Sabanita II, construidas por INAVI, para ello, la Asociación de Vecinos distribuyó las parcelas desde la entrada de La Bandera hasta la parcela El Cachimbo.
En 1984, la junta de vecinos se dirigió al presidente del Concejo Municipal a fin de utilizar solicitar el espacio donde hoy se estacionan los taxis para construir una institución educativa, lo cual no prosperó por falta de presupuesto del gobierno municipal y se asignó entonces como un parque infantil, que tampoco se construyó quedando como un terreno de uso de la comunidad. Es de hacer notar que en principio, las personas a las cuales se les asignó las casas de INAVI no las ocuparon por lo que la asociación vecinal procedió a ubicar otras familias que tenían necesidad de vivienda.
Posteriormente se procedió a la construcción de viviendas por parte de Malariología, dependientes del Ministerio de Sanidad, asignadas a los obreros y empleados del hospital Rafael Rangel y de allí surgió su nombre, aunque hoy en día se le conoce  como Sabanita III, no obstante, éstos empleados no las ocuparon y fueron asignadas a otras familias necesitadas por la Asociación de Vecinos, ya para ese entonces se contaba con los servicios básicos: agua, cloacas, electricidad, teléfonos, aseo urbano, es así como surge un movimiento vecinal conocido como Provivienda de Yaritagua para darle un nuevo uso a las tierras cercanas que eran cultivadas con maíz y otros rubros. Pablo Loyo encabeza dicho movimiento como coordinador general. Movimiento que sirvió de ejemplo a nivel nacional e internacional ya que se creó un verdadero método de autoconstrucción y de participación, una verdadera revolución de la vivienda y, a través de este movimiento se edificaron la Bolivariana I, debido a que fue  un 24 de julio, día del natalicio del Libertador cuando se tomó  la primera parcela, ya para ese entonces se había abierto la primera escuela, unitaria, perteneciente al Núcleo Educativo Rural 231 y era regentada por la educadora Yudith Ibarra y en la noche por Vilma Benedetto con educación de adulto.
Es de hacer notar que para alcanzar sus logros tuvieron que luchar hasta lograr sus objetivos por lo que muchas veces tuvieron que secuestrar a las autoridades a fin de que les dieran materiales de construcción para los más pobres y necesitados, en una ocasión secuestraron al alcalde Eduardo Lapi y los concejales para que cambiaran el destino de algunas partidas y así poder comprar y donar materiales a los vecinos. Sin embargo éstos no cumplían sus promesas por lo que organizaban protestas y a veces sus dirigentes cayeron presos, entre ellos, Pablo Loyo y Raúl Pacheco hasta que lograron el apoyo de todas las asociaciones de vecinos del municipio, debido a su carácter independiente, sin distingo de partidos políticos.
Continuaron la lucha y también lograron la construcción de viviendas en terrenos particulares, además de las urbanizaciones. Dentro del movimiento surgió un anexo que se encargó de diligenciar estructuras metálicas para nuevas viviendas, recibiendo ese mismo nombre, estas personas vendían dichas estructuras en 70.000 Bs. De los viejos y luego conseguían los bloques, arena  y el cemento a través de la alcaldía y es así como se logran las viviendas ubicadas al sur de la Manga de Coleo y es así como se logra que el municipio abriera una bloquera comunal donde elaboraban sus propios bloque, lo cual abarató los costos de las viviendas, a cada familia se le asignaba 10 metros por 20 para la construcción y la persona se comprometía a hacer las bases según plano elaborado por el movimiento, y luego se les entregaban 500 bloques, acción que era supervisada por el movimiento, la alcaldía, los concejales y al ser usados se les entregaban 500 más para la conclusión de sus casas, después se luchó por los techos que en su mayoría fueron de acerolit. Es así como se construyen unas 1500 viviendas, distribuidas en el sector y en todo el municipio.
La lucha sigue y surgen otros proyectos habitacionales y se construye Sabanita 4, Santa Eduviges, Somos Todos, Santa Inés, La Nueva Esperanza, OCV Araguaney y otras para conformar un gran y pujante sector en la parte este del municipio que hoy requiere de un liceo, ampliación del acueducto de aguas blancas y negras, seguridad. No obstante cuentan con una farmacia popular, clínica popular, panaderías, un preescolar Simoncito, módulo policial, un Barrio Adentro, 2 líneas de taxi, mototaxis, un Centro de Asistencia Medica de índole municipal, un Centro de Aprendizaje y un Infocentro. Actualmente el sector de Sabanita está compuesto por más de 17 comunidades organizadas

Informantes: Pablo Loyo, José Marchán, Mirian Daza y Argenis Soto

Libia Flores

Libia Flores


Luchadora social yaritagüeña, hija de la sindicalista y obrera del Concejo Municipal de Yaritagua, María de la Paz Flores y de Juan Pérez. Nació el 7 de febrero de 1958 en Yaritagua. Estudió la primaria en la escuela Cedeño.
Cuando era una niña le encantaba hacerle los mandados a su mamá porque los pulperos le daban la ñapa: un caramelo coquito que para ella era una delicia. Desde pequeña le gustaba jugar bolas criollas, cuando ella contaba con 12 años de edad conquistó el título de Champion Arrime, a nivel distrital y luego regional, pertenecía al desaparecido Club “Los Inocentes”, fundado por Máximo Gil y Carmen de Parra, entre otras personalidades.
A su mamá no le gustaba esta inclinación de su hija porque era enferma del estómago y ese deporte, según su creencia le podía afectar por lo que cuando llegaba al hogar, su mamá le echaba una pela (cueriza).
Siempre recuerda que a la salida de los juegos se acercaba a la casa del Maracucho, quien tenía una panadería y le regalaba un refresco si tenía calor o AlkaSeltzer cuando cargaba dolor. De esta época guarda muchas medallas y diplomas.
Libia estudia la secundaria en el Colegio Santa Lucía y luego unos cursos y se gradúa de Auxiliar de Preescolar pues siempre le gustaron los niños por lo que trabajó en la escuela Juan Miguel Roo de San José durante 5 años, luego pasó a la Cedeño por dos años más y dejó este trabajo para liderizar las luchas campesinas del municipio de la mano de Isabel Valdivia y Walter Lanz, extensionistas de la Fase de la Universidad Central de Venezuela, quienes llegaron a Yaritagua a trabajar con los productores del campo.
Uno de sus mayores logros fue el rescate de las tierras de El Saruro, tierras ociosas que pertenecían a la Corporación Venezolana de Fomento y luego a los Beraciertu y que se lograron poner productivas a lo largo del tiempo por estos campesinos que fueron tratados como invasores, en el rubro del maíz por más de 60 personas en su mayoría eran de la tercera edad como Siria Carrasco, Ángela Zárraga, José Ruiz,  José Garrido Vicenta Parra, entre otros. Aún no han logrado poseer la Carta Agraria por ser muy poca la tierra y mucha gente, pero han perseverado en la lucha y en la actualidad conformaron un Consejo Comunal.
Libia cuenta con más de 35 años en la lucha social.


Belky Montilla 2010
Informante: Libia Flores

Coronel de Caballería José Vicente Peña (Primera Parte)

Coronel de Caballería José Vicente Peña
(Primera Parte)

José Vicente nació en Yaritagua el 12 de diciembre de 1789, víspera de Santa Lucía, Patrona de su pueblo. De sus padres no se conoce nada, sólo que eran unos humildes campesinos.
Dicen que desde muy joven se dedicó a la compra y venta de tabaco y chimó, los cuales permutaba por ganado en los llanos venezolanos para ser arreados hasta los potreros que había hacia el Rodeo y Uribeque o a los lados de San Roque, al pie del cerro La Matica y de allí trasladados a todo el territorio nacional
Fue en ese ir y venir y siendo aún un jovenzuelo cuando José Vicente Peña hizo contacto con la Guerra de Independencia y como muchos de aquellos hombres, recios de a caballo, se alistó en el Ejército Realista en 1812, a las órdenes del Coronel Francisco López donde llegó a ostentar el grado de Teniente de Caballería, dejemos que sea el propio José Antonio Páez, quien describa el hecho, tal como aparece en su autobiografía, donde narra los detalles de su encuentro con este joven:
A finales de enero del año 1816 estando en las llanuras de la Villa del Arauca se tuvo noticias de que el enemigo estaba cerca, por lo que decidieron ponerle una emboscada, para ello se introdujeron dentro de la cuenca  de una cañada seca, seiscientos hombres de caballerías, tan bien cubiertos que no podían ser vistos desde el exterior:  “... tendidos sobre el cuello de los caballos aguardaban nuestros jinetes al enemigo, que en número de 500 hombres a las órdenes del Comandante Vicente Peña, venía conduciendo ganado y caballos, recogidos en los hatos Lareños con dirección a Guasdualito...” 
Por estar bien ocultos y callados los realistas no sospecharon de la proximidad de aquellos  que en la espera de un momento propicio les daría un zarpazo.