miércoles, 1 de septiembre de 2010

Sabanita

Sabanita
           
Es un populoso sector Yaritagüeño, ubicado al este del municipio Peña que anteriormente fuera conocido como La Sabanita del Olvido, lugar boscoso que luego, en décadas reciente comenzara a ser utilizado como potrero y tierras de cultivo (conucos) con algunas casas humildes de bahareque, dispersas y que fueron edificadas en lo que hoy se conoce como la caseta telefónica y la línea férrea.
En la época del gobernador Freddy Iriarte (AD) se construyeron las primeras casas de la urbanización que luego se denominara como Sabanita, quedando inmersa dentro de la Sabanita Vieja (construcciones particulares), sus calles eran de tierra y no estaban empotradas, ya para ese entonces existía la Manga de Coleo “Pastor Sanchez”.
En este sector funcionaba un Comité de base, dirigido por Alejandro Parra, Honorio Parra, María Rodríguez Suárez, Altagracia Durán, quienes habitaban las casas viejas, las cuales poseían grandes solares donde se criaban animales y se sembraba maíz, caraota, tomates, pimentón, cambures y otros rubros en pequeña escala, para ese entonces no existía escuela y los niños iban a las escuelas de La Bandera y Villanueva. Gracias a las diligencias de estos líderes, pertenecientes al Comité de Base de Acción Democrática y luchadores sociales se negociaron unas tierras, utilizadas por el señor Dionicio Durán, a quien le construyeron una casa como compensación. Por ese entonces, se edificaron 33 casas, compuestas por una sala comedor, dos habitaciones y  un baño, más un porche delantero, hechas de bloque, techo de madera y tejas dobles. Dichas viviendas fueron asignadas y el primero en mudarse fue Pablo Loyo y su familia, sin ningún servicio básico, luego llegaron Vilma, Benedetto, Metodio El Telegrafista, Luís García, Siria Torrelllas, entre otros.
Las familias se organizaron en Asociación de Vecinos, siendo su presidente Pablo Loyo, vicepresidenta Altagracia Durán, Tesorera Sonia Suárez, y el Comisario era Marcos Araujo. La primera actividad realizada fue la distribución de la leche Popular, para ello se hacía la lista de los interesados, se pagaba el camión que la trasladaba y luego se distribuía entre los vecinos. Después surge la necesidad de construir nuevas viviendas y surgen Sabanita II, construidas por INAVI, para ello, la Asociación de Vecinos distribuyó las parcelas desde la entrada de La Bandera hasta la parcela El Cachimbo.
En 1984, la junta de vecinos se dirigió al presidente del Concejo Municipal a fin de utilizar solicitar el espacio donde hoy se estacionan los taxis para construir una institución educativa, lo cual no prosperó por falta de presupuesto del gobierno municipal y se asignó entonces como un parque infantil, que tampoco se construyó quedando como un terreno de uso de la comunidad. Es de hacer notar que en principio, las personas a las cuales se les asignó las casas de INAVI no las ocuparon por lo que la asociación vecinal procedió a ubicar otras familias que tenían necesidad de vivienda.
Posteriormente se procedió a la construcción de viviendas por parte de Malariología, dependientes del Ministerio de Sanidad, asignadas a los obreros y empleados del hospital Rafael Rangel y de allí surgió su nombre, aunque hoy en día se le conoce  como Sabanita III, no obstante, éstos empleados no las ocuparon y fueron asignadas a otras familias necesitadas por la Asociación de Vecinos, ya para ese entonces se contaba con los servicios básicos: agua, cloacas, electricidad, teléfonos, aseo urbano, es así como surge un movimiento vecinal conocido como Provivienda de Yaritagua para darle un nuevo uso a las tierras cercanas que eran cultivadas con maíz y otros rubros. Pablo Loyo encabeza dicho movimiento como coordinador general. Movimiento que sirvió de ejemplo a nivel nacional e internacional ya que se creó un verdadero método de autoconstrucción y de participación, una verdadera revolución de la vivienda y, a través de este movimiento se edificaron la Bolivariana I, debido a que fue  un 24 de julio, día del natalicio del Libertador cuando se tomó  la primera parcela, ya para ese entonces se había abierto la primera escuela, unitaria, perteneciente al Núcleo Educativo Rural 231 y era regentada por la educadora Yudith Ibarra y en la noche por Vilma Benedetto con educación de adulto.
Es de hacer notar que para alcanzar sus logros tuvieron que luchar hasta lograr sus objetivos por lo que muchas veces tuvieron que secuestrar a las autoridades a fin de que les dieran materiales de construcción para los más pobres y necesitados, en una ocasión secuestraron al alcalde Eduardo Lapi y los concejales para que cambiaran el destino de algunas partidas y así poder comprar y donar materiales a los vecinos. Sin embargo éstos no cumplían sus promesas por lo que organizaban protestas y a veces sus dirigentes cayeron presos, entre ellos, Pablo Loyo y Raúl Pacheco hasta que lograron el apoyo de todas las asociaciones de vecinos del municipio, debido a su carácter independiente, sin distingo de partidos políticos.
Continuaron la lucha y también lograron la construcción de viviendas en terrenos particulares, además de las urbanizaciones. Dentro del movimiento surgió un anexo que se encargó de diligenciar estructuras metálicas para nuevas viviendas, recibiendo ese mismo nombre, estas personas vendían dichas estructuras en 70.000 Bs. De los viejos y luego conseguían los bloques, arena  y el cemento a través de la alcaldía y es así como se logran las viviendas ubicadas al sur de la Manga de Coleo y es así como se logra que el municipio abriera una bloquera comunal donde elaboraban sus propios bloque, lo cual abarató los costos de las viviendas, a cada familia se le asignaba 10 metros por 20 para la construcción y la persona se comprometía a hacer las bases según plano elaborado por el movimiento, y luego se les entregaban 500 bloques, acción que era supervisada por el movimiento, la alcaldía, los concejales y al ser usados se les entregaban 500 más para la conclusión de sus casas, después se luchó por los techos que en su mayoría fueron de acerolit. Es así como se construyen unas 1500 viviendas, distribuidas en el sector y en todo el municipio.
La lucha sigue y surgen otros proyectos habitacionales y se construye Sabanita 4, Santa Eduviges, Somos Todos, Santa Inés, La Nueva Esperanza, OCV Araguaney y otras para conformar un gran y pujante sector en la parte este del municipio que hoy requiere de un liceo, ampliación del acueducto de aguas blancas y negras, seguridad. No obstante cuentan con una farmacia popular, clínica popular, panaderías, un preescolar Simoncito, módulo policial, un Barrio Adentro, 2 líneas de taxi, mototaxis, un Centro de Asistencia Medica de índole municipal, un Centro de Aprendizaje y un Infocentro. Actualmente el sector de Sabanita está compuesto por más de 17 comunidades organizadas

Informantes: Pablo Loyo, José Marchán, Mirian Daza y Argenis Soto

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